
Los pisos a la venta con inquilinos que no pagan se ofertan con importantes descuentos, a tiro para inversores que no tienen problema para abonar las costas judiciales del proceso y asumir el riesgo de recibir un inmueble destrozado por los ocupantes.
Desde que en 2020 el Gobierno aprobara como parte del escudo social la moratoria de los desahucios por impago del alquiler para colectivos vulnerables, las ventas de pisos con ‘bicho dentro’, como se les conoce en el sector inmobiliario, se han multiplicado.
Tanto es así, que hoy representan el 3% del mercado, con más de 23.000 unidades a la venta en toda España ,según los datos de Idealista. En provincias como la de Barcelona, la segunda más poblada del país, el porcentaje de casas con okupa en venta sobre el total es del 7,9% y le siguen en orden decreciente Sevilla (6,6%), Toledo (5,3%), Huelva (5,1%) y Almería (5,1%). En Madrid, la principal plaza para el sector residencial del país, también representan el nada desdeñable 2,7% del total de inmuebles en venta.
Del crecimiento de este tipo de operaciones da buena cuenta Carlos Alonso, manager de Tecnocasa en Aragón y Valencia, que explica que se venden tanto casas con inquilinos morosos dentro como con okupas ilegales, pero asegura que son más los casos de lo primero.
Respecto al perfil de vendedor señala que habitualmente son «gente normal, de calle», personas que tienen un piso «de toda la vida» y que se han comprado otro para alquilarlo y obtener un ingreso extra. «Son temas que les superan realmente y les hace sentir cierta impotencia por lo que muchas veces para ellos el piso se convierte más en un problema que en otra cosa», relata el profesional, que asegura haber visto «auténticos dramas» con el asunto de la okupación. Cuenta, por ejemplo, el caso de un señor de Valencia al que la segunda vez que fue con la policía a recuperar su vivienda por orden judicial se encontró con que el okupa al que tenían que desahuciar ya no estaba, y la vivienda la okupaba otra familia. «Tenía 70 años y casi le da un infarto, tuvimos que llamar a la ambulancia», relata.
FUENTE: ABC